No voy a comentar nada sobre la muerte de Gadafi ni sobre el fin de ETA, pero voy a hablar de actualidad. No voy a escribir sobre Andalucía, ni sobre los gitanos, ni sobre la Guerra Civil, pero voy a hablar de Federico García Lorca. No voy ha pensar en rimas, ni en pareados o sonetos, pensare mas bien en música, voy a hablar de poesía. No voy a sentenciar sobre el judaísmo, ni siquiera sobre cine, pero voy a hablar de un Cohen.
Año tras año sigo los Premios Príncipe de Asturias con más con menos cercanía. Muchas veces implicado en la ambientación musical y cultural. Y recientemente, los últimos años con Avante Cuideiru siendo testigo, y casi protagonista, cada año, de primera mano del acontecimiento cultural más importante de Uviéu y de toda España.
Reconozco que este año estuve tentado en perdérmelos. Pero una noticia, como suele ser habitual, me hizo cambiar de opinión. El diario El Mundo titulaba en la home de su edición web, Leonard Cohen se quita el sombrero ante los gaiteros asturianos.
Quizá un titular demasiado pretencioso. Pero no había sido un periódico, ni mucho menos, asturiano. Me hizo pensar. Una de las cosas por las que quiero ser periodista, y así se lo escribí a Concha Edo en mi primera clase de Teoría y Práctica del Periodismo, es porque me encanta estar en el centro de la noticia (estar, no ser), conocer de primera mano y mostrarlo así a quien quiera escucharme o leerme.
De momento, sólo me leéis vosotros (os tuteo porque ya sois como de la familia). ¡Y vaya un sólo! Soy de los blogueros con menos lectores más orgulloso de sus seguidores. Y no os iba a privar de la crónica de los Premios Príncipe de este año. La visión de un gaitero. La única, o de las pocas primicias que podéis encontrar en este blog. Siendo la de la útima edición de las diez entradas más leídas, un año más tarde.
Vosotros y Leonard Cohen me habéis convencido. Y aquí estoy, peleándome con el portátil y las fuerzas cinéticas de cada una de las curvas de la carretera que cruza los montes que separan el paraíso de la realidad. Es muy complicado escribir en un Automóviles Luarca S.A:
Quiero esforzarme en este artículo con lo poco que se del Premio Príncipe de Asturias de las Letras de este año. No es que el resto no me interesen, pero Cohen fue el que me llamó a su llegada al Reconquista. Quiero esforzarme para que en pocas líneas comprendáis los sentimientos que me mueven a volver a casa.
Si su conocimiento sobre España se centraba en su pasión desmedida por la obra de Federico García Lorca y el flamenco, sin duda el autor del tan versionado Hallelujah, enriquecerá ese sentimiento, como tantos premiados antes, con su visita a Asturies. No espero que se enamore de ella como Woddy Allen, pero la estancia en esta tierra marca un antes y un después en la vida y carrera de tantos artistas, humanistas y comunicadores.
A las nueve y media de esta mañana corría por los pasillos de la madrileña estación de metro de la Avenida de América y de pronto se me puso la piel de gallina. Un hombre de esos que se ganan la vida con una guitarra, un amplificador, un micro, su voz y la caridad de la gente cantaba I'm your man. Sabía que hacía bien en venir, era la segunda señal, no podía ser casualidad.
Voy a confesarme una vez más. No sé de música. O no se tanto como me gustaría saber. Prácticamente nunca había escuchado a Leonard Cohen. Cierta versión de alguna de sus canciones y poco más. Así que decidí a conocer a quien me había llamado y me puse una canción suya en Internet. Desde el primer acorde de aquel tema me dí cuenta que la música de aquel que había llamado a su hija como el Poeta en Nueva York me había gustado desde siempre.
Escribo estas última líneas entrando en mi casa. Uviéu la capital mundial de la cultura, el arte, la ciencia, el deporte, la concordia, etc. Donde se entregan los Premios Príncipe de Asturias, unos premios que entregan los periodistas. Que son los profesionales más universales. O así debería de ser.
Mañana a las diez estaré con mi gaita en la puerta del hotel Reconquista un año más. Y esta vez puedo decir, que en cierta manera, invitado por un premiado.
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