23 de agosto de 2011

La juventud, en una sonrisa. La humanidad, en un corazón.

Es dificil comprender que la entrega, el sufrimiento, el aguantar horas y horas de calor brutal de hasta 40 grados, el dolor de ampollas de hasta 5 cm, la fatiga permanente, la paciencia, la falta de aseo, el dormir poco, mal, sobre mojado y con otros 2 millones de personas; sea una combinación cuyo resultado pueda ser la felicidad más pletórica y la emoción más grande.
Dentro de unos años, orgulloso y sonriente, diré que elegí vivir la JMJ Madrid 2011 enfundado en un polo verde que acumulaba sudor e indicaba a los millones de personas que me rodeaban que estaba allí para servirles.
Dicen que el mejor balance de la JMJ no es el económico, sino la inmesa cantidad de vocaciones y de conversiones. Éstas no son sólo de no creyentes o de gentes de otras religiones. Las conversiones más frecuentes y los milagros de hoy en día son esos pequeños vuelcos que da cada corazón. En mi caso, no fue pequeño.
Me he dado cuenta y, gracias a Dios, tantos como yo, que los términos entrega, amor y felicidad pueden tener el mismo significado que sufrimiento. Todo depende del punto de vista del que lo mires. Pero sin masoquismos de ningún tipo.
Yo sufrí, lo pasé mal. Estuve horas bajo el ardiente sol, comiendo polvo, con el estomago en revolución armada, agotado y físicamente sólo. Pero era felíz y soy felíz. Las lágrimas nunca fueron de dolor ni de amargura: las lágrimas son de emoción, de alegría. De dárse uno cuenta de que todo lo mal que lo puede estar pasando se transforma en toneladas y toneladas de felicidad y alegría. Y de saber que estás formando parte de algo muy grande, de algo que crea y creará un bien increible.
Es muy dificil hacer una crónica de algo tan grande e importante. Y más de una crónica sentimental y emocional, como pretende ser ésta, ya tendré tiempo para las anécdotas. Porque hicímos botar al alcalde de Madrid, a los Obispos del Mundo, a la masa en Cibeles. Pero lo más importante es que todos esos cuerpos botaban junto a sus corazones.
Corazones y sonrisas. Sonrisa más importante, la de un hombre. Un anciano que, como un niño, como un joven más,sonreia felíz. Esa sonrisa, representaba la inmesa alegría de nuestros corazones. Una sorisa y una mirada de felicidad inmensa de aquél que lleva en sus oraciones y en su amor a la humanidad entera. Y esa sonrisa y esa mirada llena de amor es una terapia de choque para cualquiera.
La mirada de Benedicto XVI, se cruzó con la mía, como con la de tantos. Y ahí pude ver el amor y la felicidad un hombre orgulloso de sus hijos, orgulloso de que todos los jóvenes que amamos a Cristo, nos juntásemos, físicamente o con el corazón. Pero la noche de Cuantro Vientos, supe que toda esa agua que cayó era Dios que lloraba de alegría. Eran las fuerzas de la naturaleza que también quería formar parte de la fiesta más importante, la fiesta de la fé y del amor.
Más de dos millones de corazones, juntos, en un sólo latido. Superando las tormentas de fuera y de dentro de cada uno, etregándose al mismo sentimiento de dicha, el amor. Es una de las sensaciones más profundas y grandes que un hombre o una mujer pueden sentir en su corazón a lo largo de la historia.
Gritar vivas, sin voz y con las cuerdas rotas, a un hombre tan mayor que resistía por todos, sintiendo en su corazón toda nuestra fuerza, fue una de las cosas que con más orgullo pude hacer en mi vida. Y allí, a su lado, al lado de tantos amigos y hermanos, supe lo que era felicidad y lo importante que Dios, escondido detrás de tantas dichas pequeñas y grandes, es en mi vida.

8 de agosto de 2011

Bandos y banderes


Asturies, vuelve a traer polémica una vegada más, si non ye pol Ave, ye por Hevia y, agora, la nuesa bandera ye  motivu de griesca. Taba viendo’l vidiu onde’l seleccionar sub-19 garra-y al probe Muñiz la so bandera de la Cruz de la Victoria, con una cara de ira y cabréu que asustaba a un xeneral.

   ¿Asturies cabrea? ¿Asturies crea l’efeuto que esti paisanu cree? ¿Esti paisanu daríase cuenta de la repercusión de la so fechoría? Pol momento nun creo que sea admitíu de bon gradu n’esta tierra. Ye meyor celebrar con una bandera Bertín que con una  Pelayín. ¿A onde tamos llegando?


   La norma, también ye verdá, llera clara, nun tan admitíes banderes autonómiques pol riesgu a la polémica que el señor seleccionador creó aún no habiéndola. Asturies nun causa polémica, Asturies ye to lo contrariu. ¿Dende cuando David Villa o Fernando Alonso o Samu Sánchez o Santi Cazorla o los xulgaores del Sporting o l’Uviéu, al sacar una bandera d’Asturties tan protestando pola so independencia o daqué paecíu?
Los asturianos tenemos Asturies muy dientro, tan dientro que ye lo primero en lo que piensen toos estos deportistas pa ofrecelo y dedicalo, por eso les banderes. Porque sienten Asturies casi al mesmu nivel que España. Pero, menos d’algún casu concretu, nengunu piensa defender otros colores que nun sean el collorau ya l’amariellu.

   Y lo que más sorpréndeme ye que la bandera que más sal en toles disciplines deportives, en to los estadios y canches, en toos los circuitos o en toes les piscines, sea agora y non enantes, motivu de desencuentru. Seique sea la mio boina, pero casi casi la Bandera d’Asturies ye símbolu de deportividá.

   Esto traime a la tiesta un recuerdu perguapu. Fai d’ellos años nel Gran Premiu de Xapón de Formula 1, una cámara enfocó a una mozina nipona que diva vestía de geisha. Pero nun llera un traxe cualquiera. Llera azul ya amariellu y plagadín de Crucecines de la Victoria. Y ellí taba, feliz, taba viendo correr al so ídolu y habíase fechu un traxe cola bandera que ella tanto veía pola televisión y que’l bicampeón del mundo lluce con orgullo, seique ella nun sepiera nunca que significa nin viniera enxamás Astuies.

   La bandera d’Asturies pue sinificar munches coses, pero nenguna d’elles negativa. La bandera la Cruz la Victoria ye simbolu de ídem, y güei más que nunca, ye símbolo de superación, d’unidá, de xuelgu llimpiu, de fraternidá y de magnanimidá. Pero, enxamás, pue dar llugar a una polémica como esta.

   Yo nun voy pedir la dimisión de Meléndez, nin creo que seya un facha, Pero espero que otres Federaciones nun aprendan na de la de fútbol y non cambien a la probe geisha el traxe asturianu por uno de flamenca ya la sonrisa por llágrimes.